Y con palmares (el “pedigrí” de los deportivos). El trébol de cuatro hojas (símbolo de buena suerte y emblema de los Alfa de competición) lucirá orgulloso en la aleta de los Giulia, que dominaron el campeonato europeo de Turismos: “una victoria al día... con un coche de todos los días” era su lema.
A finales de los 60, Alfa Romeo alcanza la segunda cumbre de su trayectoria. La primera data de los años treinta, cuando la marca del trébol verde dominaba en las competiciones internacionales. Pero en la posguerra, Italia, arruinada, no puede permitirse los deportivos de elite que eran la especialidad de Alfa Milano. El IRI, organismo del estado, gestiona el tejido industrial, y se plantea la posibilidad de que Alfa abandone la producción. La firma no puede sobrevivir a no ser que estudie y produzca una berlina bastante razonable: será la Giulietta 1300, nacida en 1954.
Pero la fibra deportiva no esta muerta. Pronto, esta modesta industria, consagrada a la motorización de las masas italianas, muestra las orejas en competición, antes de dar a luz un coupe: la generación Giulia, presentada doce años mas tarde. Son coches utilizables, accesibles a (casi) la mayoría, pero con un temperamento de Ferrari “en miniatura”. En lugar de un “cavallino”, enarbolan el “biscione” (serpiente), emblema de Alfa, y un trébol de cuatro hojas cuando se baten en competición, en el Campeonato Europeo de Turismos. Son los famosos Giulia GTA, preparados por Autodelta, que se enfrentan a los BMW y Ford Capri de la época, ganando el Campeonato en 1967.
En Alfa, a la salida del trabajo, todos llevan gafas oscuras, usan negros guantes de cuero y vuelven a casa contentos y orgullosos, íntimamente convencidos de formar parte de la elite de los conductores deportivos. Los ingenieros, lógicamente, pero también los comerciales. La indiferencia de los compradores no tiene mucho sentido, porque estos hombres elaboran los automóviles como si los hicieran para si mismos. Así, si bien es posible que el rigor o los acabados fallen (aunque... se ha exagerado mucho), la pasión… jamás. Y los Giulia se venden como rosquillas. Primero el Sprint, con motor 1600, luego los 1750 y 2000 GTV, cumbre de la gama. En paralelo se construirá una versión 1300, el Junior GT, que podía adquirirse opcionalmente carrozado por Zagato. Pero es la carrocería de Bertone la que equipará a todos los modelos. La mas bella y... la mas difundida.